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  • DOBLECERO RESISTE

    22-10-2003 | Paramilitar colombiano resiste persecución de ex aliados


    Después de dos décadas de combatir en una guerra sucia contra la guerrilla izquierdista en selvas y montañas de Colombia, "Doble Cero" enfrenta la peor persecución en su contra por parte de sus antiguos aliados, el ejército y los escuadrones paramilitares.
    Sentado en un rústico taburete en las afueras de una vieja casa construida con adobe y madera, luciendo un uniforme camuflado, con un fusil Galil sobre sus piernas mientras cubre su rostro con una pañoleta, el jefe paramilitar del disidente Bloque Metro dice que resistirá hasta morir.

    "Nosotros vamos a resistir, ¿hasta cuándo?, hasta el final," dice este antiguo oficial del ejército, también conocido como "Rodrigo," quien sostiene que un jefe paramilitar rival, a quien acusa de ser narcotraficante, ofreció una recompensa de dos millones de dólares por su cabeza.

    El Bloque Metro, un ilegal grupo armado que combate a la guerrilla, tenía 1.500 hombres y controlaba parte de la ciudad de Medellín y varios pueblos del noroccidental departamento de Antioquia.

    A finales del 2002 se declaró en disidencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), la mayor organización paramilitar del país a la que perteneció, y unos meses después se convirtió en el principal crítico de un proceso de negociación entre ese grupo armado y el gobierno.

    "Doble Cero" también se negó a participar en esa negociación a la que llama "una mesa del narcotráfico con el gobierno," al tiempo que acusó a los principales jefes de las AUC y del Bloque Central Bolívar (BCB), la segunda organización paramilitar del país, de ser traficantes de drogas.

    Su posición en contra del narcotráfico, las acusaciones de que algunos jefes paramilitares son traficantes y su negativa a entablar una negociación de paz junto con las AUC y el BCB originaron una persecución en su contra por parte de sus antiguos aliados en la lucha contra la guerrilla.


    Esa situación provocó por primera vez en el conflicto colombiano una guerra al interior de los escuadrones paramilitares.

    UNA PERSECUCION CON COSTOS MILITARES Y SENTIMENTALES

    La ofensiva en medio de la cual cientos de sus hombres han desertado o muerto y ha perdido el control de sus territorios, se inició hace cuatro meses y a la misma se sumó en los últimos 30 días el ejército, al cual perteneció como teniente antes de retirarse para combatir ilegalmente a la guerrilla.

    "Efectivamente nosotros hemos perdido territorios, hemos perdido material, hemos perdido recursos, hemos perdido hombres en la medida en que algunos han sido asesinados y otros han decepcionado, pero realmente no hemos perdido nuestras ideas," dijo en una reciente entrevista con Reuters.

    El encuentro con el líder paramilitar de unos 40 años se produjo en una casa campesina de una zona montañosa del departamento de Antioquia, a donde llegó un equipo de Reuters después de pasar por varios puestos de control del ejército y de transitar en un vehículo todo terreno por carreteras de lodo rojizo.

    "Rodrigo," quien al quitarse la pañoleta refleja cansancio en su rostro y luce demacrado acusó al ejército de recibir sobornos y colaboración de las AUC y el BCB para aniquilarlo.

    "Pero lo más duro han sido las traiciones," agregó con nostalgía, mientras uno de los dos hombres que lo escoltaba de cerca no pudo evitar las lágrimas al escuchar a su solitario líder, quien meses antes tenía a su mando decenas de hombres armados que lo acompañaban y se desplazaba con facilidad.

    "Doble Cero," quien tiene esposa y una hija de nueve años a las que no ve desde hace seis meses por la ofensiva militar que afronta, se niega a revelar cuántos hombres y qué territorios ha perdido en medio de la "cacería" en su contra.

    UNA GUERRA QUE PRODUCE DESESPERANZA

    "Es desesperanzador ver una guerra y ver que se actúa y se actúa y se va reciclando la guerra," asegura "Rodrigo" quien dice que se necesitan profundas reformas políticas y económicas para acabar con un conflicto que deja miles de muertos al año.

    El jefe paramilitar disidente, crítico del narcotráfico al que define como el "motor" del conflicto, que se debe extirpar para conseguir la paz de Colombia, sostiene que ha financiado su bloque antirebelde con el cobro de impuestos a las actividades lícitas de las zonas donde tiene presencia.

    "Rodrigo" no descarta la posibilidad de iniciar una negociación de paz con el gobierno, pero se ratifica en sus críticas.

    "Vemos en ese proceso una forma de prolongar el narcotráfico y las estructuras armadas del narcotráfico. Simplemente quieren entrar a legalizar unas estructuras políticas y militares, pero no quieren acabar con el negocio."

    "Nos ha tocado dejar de combatir a la guerrilla por defendernos de los narcotraficantes," agrega mientras una gallina cacarea en los alrededores de la casa.

    "Doble Cero" habla con nostalgia del líder de las AUC, Carlos Castaño, con quien mantuvo una larga amistad antes de iniciarse la persecución en su contra y acusó a Diego Fernando Murillo, alias "Don Berna," de ponerle precio a su vida.

    "El objetivo de Berna es asesinarme. Yo no creo que Carlos Castaño quiera asesinarme. Yo pienso que Carlos está prisionero de sus aliados, Carlos es una persona que no tiene mando de tropa, que vendió su capacidad de manejo militar, su capacidad de decisión, una víctima de su propio invento," comenta.




    Pese a la persecución en su contra y mientras mira un horizonte de montañas nubladas que parecen interminables, afirma que as" le manden 5.000 hombres, se mantendrá a salvo.

    Pero admitió que escapó de morir durante un asalto del ejército y mostró una de sus botas impactada por una bala.

    "Una cosa es que ofrezcan dos millones de dólares por mi cabeza, otra cosa es que paguen," dice con ironía.

    "Lógicamente nosotros estamos ahora aislados, pero la experiencia demuestra que esto no es eterno. Esto es de aguantar el aguacero y de seguir firmes en nuestras ideas," concluyó antes de internarse en las montañas.


    Reuters

    Sentado en un rústico taburete en las afueras de una vieja casa construida con adobe y madera, luciendo un uniforme camuflado, con un fusil Galil sobre sus piernas mientras cubre su rostro con una pañoleta, el jefe paramilitar del disidente Bloque Metro dice que resistirá hasta morir."Nosotros vamos a resistir, ¿hasta cuándo?, hasta el final," dice este antiguo oficial del ejército, también conocido como "Rodrigo," quien sostiene que un jefe paramilitar rival, a quien acusa de ser narcotraficante, ofreció una recompensa de dos millones de dólares por su cabeza.El Bloque Metro, un ilegal grupo armado que combate a la guerrilla, tenía 1.500 hombres y controlaba parte de la ciudad de Medellín y varios pueblos del noroccidental departamento de Antioquia.A finales del 2002 se declaró en disidencia de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), la mayor organización paramilitar del país a la que perteneció, y unos meses después se convirtió en el principal crítico de un proceso de negociación entre ese grupo armado y el gobierno."Doble Cero" también se negó a participar en esa negociación a la que llama "una mesa del narcotráfico con el gobierno," al tiempo que acusó a los principales jefes de las AUC y del Bloque Central Bolívar (BCB), la segunda organización paramilitar del país, de ser traficantes de drogas.Su posición en contra del narcotráfico, las acusaciones de que algunos jefes paramilitares son traficantes y su negativa a entablar una negociación de paz junto con las AUC y el BCB originaron una persecución en su contra por parte de sus antiguos aliados en la lucha contra la guerrilla.Esa situación provocó por primera vez en el conflicto colombiano una guerra al interior de los escuadrones paramilitares.UNA PERSECUCION CON COSTOS MILITARES Y SENTIMENTALESLa ofensiva en medio de la cual cientos de sus hombres han desertado o muerto y ha perdido el control de sus territorios, se inició hace cuatro meses y a la misma se sumó en los últimos 30 días el ejército, al cual perteneció como teniente antes de retirarse para combatir ilegalmente a la guerrilla."Efectivamente nosotros hemos perdido territorios, hemos perdido material, hemos perdido recursos, hemos perdido hombres en la medida en que algunos han sido asesinados y otros han decepcionado, pero realmente no hemos perdido nuestras ideas," dijo en una reciente entrevista con Reuters.El encuentro con el líder paramilitar de unos 40 años se produjo en una casa campesina de una zona montañosa del departamento de Antioquia, a donde llegó un equipo de Reuters después de pasar por varios puestos de control del ejército y de transitar en un vehículo todo terreno por carreteras de lodo rojizo."Rodrigo," quien al quitarse la pañoleta refleja cansancio en su rostro y luce demacrado acusó al ejército de recibir sobornos y colaboración de las AUC y el BCB para aniquilarlo."Pero lo más duro han sido las traiciones," agregó con nostalgía, mientras uno de los dos hombres que lo escoltaba de cerca no pudo evitar las lágrimas al escuchar a su solitario líder, quien meses antes tenía a su mando decenas de hombres armados que lo acompañaban y se desplazaba con facilidad."Doble Cero," quien tiene esposa y una hija de nueve años a las que no ve desde hace seis meses por la ofensiva militar que afronta, se niega a revelar cuántos hombres y qué territorios ha perdido en medio de la "cacería" en su contra.UNA GUERRA QUE PRODUCE DESESPERANZA"Es desesperanzador ver una guerra y ver que se actúa y se actúa y se va reciclando la guerra," asegura "Rodrigo" quien dice que se necesitan profundas reformas políticas y económicas para acabar con un conflicto que deja miles de muertos al año.El jefe paramilitar disidente, crítico del narcotráfico al que define como el "motor" del conflicto, que se debe extirpar para conseguir la paz de Colombia, sostiene que ha financiado su bloque antirebelde con el cobro de impuestos a las actividades lícitas de las zonas donde tiene presencia."Rodrigo" no descarta la posibilidad de iniciar una negociación de paz con el gobierno, pero se ratifica en sus críticas."Vemos en ese proceso una forma de prolongar el narcotráfico y las estructuras armadas del narcotráfico. Simplemente quieren entrar a legalizar unas estructuras políticas y militares, pero no quieren acabar con el negocio.""Nos ha tocado dejar de combatir a la guerrilla por defendernos de los narcotraficantes," agrega mientras una gallina cacarea en los alrededores de la casa."Doble Cero" habla con nostalgia del líder de las AUC, Carlos Castaño, con quien mantuvo una larga amistad antes de iniciarse la persecución en su contra y acusó a Diego Fernando Murillo, alias "Don Berna," de ponerle precio a su vida."El objetivo de Berna es asesinarme. Yo no creo que Carlos Castaño quiera asesinarme. Yo pienso que Carlos está prisionero de sus aliados, Carlos es una persona que no tiene mando de tropa, que vendió su capacidad de manejo militar, su capacidad de decisión, una víctima de su propio invento," comenta.Pese a la persecución en su contra y mientras mira un horizonte de montañas nubladas que parecen interminables, afirma que as" le manden 5.000 hombres, se mantendrá a salvo.Pero admitió que escapó de morir durante un asalto del ejército y mostró una de sus botas impactada por una bala."Una cosa es que ofrezcan dos millones de dólares por mi cabeza, otra cosa es que paguen," dice con ironía."Lógicamente nosotros estamos ahora aislados, pero la experiencia demuestra que esto no es eterno. Esto es de aguantar el aguacero y de seguir firmes en nuestras ideas," concluyó antes de internarse en las montañas.